Si te vas a poner al volante, seguro que lo primero que haces, o deberías hacer, es evitar cualquier bebida alcohólica. Lo que tal vez no sabías es que algunos alimentos de consumo cotidiano pueden hacerte dar positivo en un control de alcoholemia, aunque no hayas probado ni una gota de alcohol. Y ojo, porque la DGT no distingue entre un “error” alimenticio y un positivo real. Así que mejor estar alerta.
Los controles de alcoholemia son parte del día a día en las carreteras españolas, y con razón. Según datos de la DGT, el alcohol está detrás de entre el 30% y el 50% de los accidentes mortales en las carreteras españolas. Así que no es de extrañar que los agentes de tráfico monten controles en cualquier sitio y a cualquier hora para asegurar que todos vamos “limpios” al volante.
Sin embargo, a veces no hace falta beberse ni una cerveza para tener un susto en estos controles. Algunos alimentos pueden tener trazas de alcohol que engañan al alcoholímetro.
Los alimentos que dan positivo en alcohol
El pan, por ejemplo, no es solo harina, agua y levadura. Su proceso de fermentación genera pequeñas cantidades de alcohol. Y si te comes un bollo justo antes de que te pare la Guardia Civil, podrías tener problemas. Lo mismo ocurre con las pizzas y otros productos que también llevan levadura. Ojo con esto, porque puede dar la impresión de que todo está en orden, pero la realidad es que tu test podría verse afectado si acabas de comerte uno de estos productos.
Las frutas maduras también pueden jugártela. Cuanto más tiempo llevan en el frutero, más probabilidad hay de que fermenten y generen alcohol de manera natural. ¿Te comiste un plátano muy maduro o un puñado de uvas justo antes de arrancar el coche? No te confíes, porque ese pequeño detalle puede darte un susto en el control.
La DGT avisa de estos productos
Los enjuagues bucales son otro caso especial. Muchos contienen alcohol para dejarte un aliento fresco, pero si te acabas de enjuagar y te hacen soplar en un control, podrías obtener un falso positivo. Así que, si vas a conducir, mejor elige uno sin alcohol. O, al menos, no lo uses justo antes de salir de casa.
Los encurtidos, un clásico de las tapas españolas puede tener pequeñas cantidades de alcohol debido a su proceso de fermentación. Pepinillos, aceitunas, y otras delicias encurtidas pueden ser más traicioneras de lo que parecen si te los comes justo antes de un control.
Aunque parezca exagerado, es mejor prevenir que lamentar. Así que, si vas a conducir, ten cuidado con lo que comes antes. Un inocente bollo, una pieza de fruta madura o un sorbo de enjuague bucal podrían acabar dándote un susto innecesario. Los agentes no van a preguntarte si comiste pan o aceitunas, simplemente mirarán el resultado y les dará igual lo que les digas. Y tú, por tu tranquilidad (y tu bolsillo), no quieres llevarte una multa ni perder puntos del carnet por un descuido alimenticio.