La industria automotriz experimenta un cambio histórico, debido a las exigencias de sostenibilidad y a las restricciones de emisiones contaminantes. Con la prohibición de la venta de coches de motores de combustión convencional impuesta para el año 2035 como fecha límite, el papel de las alternativas empieza a cobrar fuerza. Las alternativas que ocupan la escena, han llevado a Alemania a decantarse por una tecnología que podría dar un vuelco a las reglas del juego: los motores de hidrógeno.
Bosch Engineering, que es una de las grandes empresas tecnológicas del país, da pasos firmes en esta dirección. En nuestro país, la compañía está probando combustibles renovables como el Hydrotreated Vegetable Oil (HVO) que hacen camino hacia la utilización plena del hidrógeno. Si bien este combustible es un paso intermedio, no deja de ser una parte muy importante del camino hacia la movilidad sin emisiones.
Con los motores de hidrógeno en el punto de mira se producen investigaciones y desarrollo de tecnologías para obtener hidrógeno verde más rápido y a un coste más reducido. Este combustible producido por electrólisis mediante energía renovable podría suponer una alternativa neutra en carbono para el transporte del futuro.
Sostenibilidad en el motor de hidrógeno
La colaboración que ha establecido Bosch Engineering con Ligier Automotive ya comienza a dar sus primeros frutos concretos. Ambos pretenden lanzar un motor de hidrógeno dotado de capacidades que permiten su instalación en prácticamente todos los tipos de vehículos, más allá del tipo de vehículo deportivo o camión de carga pesada. Es un motor, con unas características que dan por validadas a los motores de combustión, pero adaptadas a un motor de hidrógeno exclusivamente.
La tecnología da un poco de miedo: un bloco de 3.0 litros biturbo que ofrece 563 caballos de potencia y 650 Nm de par motor. Por otro lado, las emisiones producidas por este motor son nulas (sus subproductos son vapor de agua y calor), lo que permite calificarlo como sostenible y viable frente a los vehículos eléctricos, que deben lidiar aún con los problemas de las baterías y sus consecuencias medioambientales que lo limitan. Y la expansión no se detiene aquí, ya que Bosch está trabajando en un sistema que podrá transformar directamente hidrógeno en energía mecánica sin que primero deba ser convertido en electricidad. La simplicidad de este nuevo avance podrá abaratar los costes de producción.
El gran reto de la tecnología del hidrógeno
A pesar de los avances tecnológicos que están por llegar, la viabilidad del hidrógeno como combustible dependerá de una infraestructura adecuada. En nuestro país solo existen siete estaciones de repostaje de hidrógeno solamente, lo cual limita enormemente la apuesta por el hidrógeno si se pretende que llegue a ser un tipo de combustible de uso generalizado. Bosch, como no podía ser de otra forma, también está poniendo mucho esfuerzo en tecnología para la producción y para la distribución del hidrógeno verde. La empresa estima que los motores de hidrógeno podrían alcanzar unas cifras de ventas superiores a los 5.000 millones de euros en el año 2030. Este futuro no obstante requiere la cooperación tanto del gobierno como de la industria para, así, establecer una red de estaciones de servicio del hidrógeno y que los motores de hidrógeno se conviertan en una opción para todos los ciudadanos.