Así construye esta máquina de 3D una casa de verdad ¿adiós al ladrillo?

La construcción está evolucionando a pasos agigantados y esta máquina 3D es una revolución para la industria.

Así es la construcción de una casa con una impresora 3D

Las impresoras 3D revolucionan la construcción en la fabricación de casas

En los últimos años, la impresión 3D ha adquirido un papel cada vez más relevante en la industria de la construcción. Las impresoras 3D de hormigón, en particular, han ganado popularidad entre arquitectos y empresas constructoras debido a la extensa utilización del hormigón en todo el mundo.

El hormigón, compuesto por cemento, agua y otros agregados como arena, grava y piedra triturada, destaca por su asequibilidad, convirtiéndolo en un material popular en el sector.

Aunque las impresoras 3D de hormigón tienen un costo considerable, oscilando entre 180.000 y más de 1 millón de euros, presentan numerosos beneficios en comparación con los métodos de fabricación tradicionales.

Beneficios para la construcción de la impresora 3D

La velocidad, el menor precio, la seguridad y la eficiencia son ventajas notables de utilizar impresoras 3D de hormigón. Estas no solo reducen el desperdicio al mínimo, sino también la necesidad de mano de obra y la longitud de las cadenas de suministro. Además, posibilitan la construcción con mayor resiliencia y complejidad geométrica.

El proceso de una impresora 3D de hormigón estándar sigue una lógica similar a las impresoras de escritorio convencionales, basándose en la extrusión de material. Desde la creación de un modelo digital hasta la generación de código G que guía el cabezal de impresión, estas máquinas permiten la fabricación aditiva de estructuras de manera eficiente.

Existen dos tipos principales de impresoras 3D de hormigón: aquellas con un diseño en pórtico y las que incorporan un brazo robótico. Las impresoras en pórtico, como la Vulcan II de ICON, son adecuadas para proyectos de construcción comercial, pero suelen ser menos prácticas para proyectos más pequeños debido a su tamaño y limitada portabilidad.

La casa de Progreso impresa en 3D

Progreso aceptó el reto de edificar con una impresora 3D de concreto, lo que dio lugar a la elaboración de su prototipo “Alpha”, de 49 metros cuadrados, impreso en un ambiente real, no controlado. Su arquitectura fue diseñada tomando en cuenta el área mínima de la vivienda en el país (entre 40 y 50 metros cuadrados).

El proyecto de la impresión 3D de concreto empezó en Progreso hace cinco años, paralelo a la creación de Progreso X, la aceleradora corporativa que busca innovar de forma colaborativa entre Progreso, startups y su ecosistema.

La impresora 3D que presenta Progreso funciona a través de la colocación de capas horizontales de tinta sobrepuestas de tinta, sin la necesidad de utilizar moldes, manteniendo la integridad de las capas, garantizando una excelente adherencia entre ellas.

Se trata de una impresora 3D BOD-2 tipo “Gantry”, única en su clase, que dosifica y coloca el concreto con precisión, según la programación del modelo 3D y G-CODE con que se cuente. Permite colocar capas de concreto que se superponen sucesivamente, construyendo elementos y estructuras de forma progresiva.

En 2022 se adquirió la impresora de escala real. Como parte de las pruebas iniciales, se imprimieron muros de un módulo de vivienda mínimo de 39 metros cuadrados, dentro de una bodega,  bajo condiciones ambientales controladas, marcando un hito en la construcción.

La adquisición de la primera impresora 3D, marca COBOD, es la de mayor participación en el mercado con proyectos comprobables. El proyecto representa un avance de Progreso en la búsqueda de mejores soluciones al futuro de la construcción.

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