La Dirección General de Tráfico (DGT) ha realizado una advertencia sorprendente: las grandes ciudades se encaminan a que se ponga en práctica el colapso a partir de la multitudinaria forma de hacer uso del automóvil (en la actualidad algo más que una mera recomendación). Ello no es más que un mensaje claro y rotundo: que dos personas viajen en un solo automóvil (aunque ello no es más que una proclama que pretende acabar con ciertos hábitos de movilidad y que, por lo tanto, implica una menor congestión de los viales y, al ser así, cierto descenso de las emisiones).
Como confirman las indagaciones llevadas a cabo por la DGT, el 80% de los automóviles que chochan en las zonas metropolitanas (en estas puede ir incluida la mayoría de incidencia de las urbes como Madrid, Barcelona o Málaga) dan cuenta de la existencia de una sola persona. Ello nos explica la sobrecarga del tráfico con todas las consecuencias: incrementar la emisión de sustancias contaminantes.
De acuerdo con el director de la DGT, Pere Navarro, estamos al borde del abismo, de tal forma que bastará el más pequeño de los incidentes en nuestras vías para que el caos sea inevitable; además del tráfico, la DGT también detecta el impacto ambiental que eso puede suponer. En el caso que se decidiera reducir el número de autos, no sólo se lograría descongestionar las vías, sino que al propio tiempo se recortaría a la mitad el consumo de combustible y las emisiones contaminantes.
La DGT quiere que compartas coche
Para Pere Navarro, la promoción del medio de transporte compartido es una prioridad del siglo XXI, “no debería ser imposible” que al menos dos personas viajen en un mismo auto. Entre las iniciativas que están en marcha destacan las plataformas para el transporte compartido como Blablacar que, con el apoyo del poder público en algunas ocasiones, ya están en funcionamiento en determinados espacios. El propio director de la DGT también exige alternativas concretas como el sistema de coche compartido de hora punta en Vitoria o Kinto que es una respuesta inventada por Toyota, ya procedente del uso compartido de autos en polígonos industriales y grandes empresas.
La DGT trata de poner en marcha no únicamente los mecanismos que permitan descongestionar las ciudades, sino también la costumbre hacia la ciudadanía por parte de ésta misma. Navarro ha destacado que el objetivo no es sólo reducir la circulación de coches, sino también hacer más eficiente el transporte. Navarro en su intervención resaltó el papel que tiene el tren de cercanías como «el mejor aliado de la movilidad urbana»: anunció que el Gobierno prevé duplicar ese servicio en el año 2030.
Compartir coche: es necesario; medida de urgencia
Además de concienciar, la DGT considera que su departamento ejerce medidas concretas de qué tiene que haber antes del uso compartido. Navarro considera que la solución pasa por dar facilidades para que esto pueda llegar a las personas. Utilizar el taxi o taxis compartidos tal como lo están llevando a cabo plataformas como Uber es otro ejemplo de que la tecnología puede ser útil para compensar este problema. La DGT es rotunda: la movilidad sostenible no puede esperar.
Si continuamos haciendo exactamente lo que hemos hecho hasta el momento, el colapso en las ciudades será inevitable. Reduciendo el número de coches que circulan por nuestras ciudades no sólo se mejorará la calidad de vida, sino que también se tendrá un efecto positivo en la naturaleza.