Las casas prefabricadas están cada vez más de moda en España y desde Ecuador nos llega un ejemplo de lo que podríamos tener en nuestro país en un futuro, con una innovación espectacular y preparada para que este tipo de viviendas se impongan con la sostenibilidad por bandera. La arquitecta Diana Salvador ha construido Sula, una casa prefabricada que ha sido bautizada con este nombre en homenaje a las aves suliformes, habituales del país sudamericano.
Lo más curioso de esta casa, más allá de su diseño y componentes, es que fue fabricada en Ecuador, en un periodo de tan sólo dos meses en su capital, Quito, y que una vez completada, fue trasladada en dos camiones al puerto de Guayaquil y de ahí, en contenedores, hasta Puerto Ayora, en las Islas Galápagos, donde necesitó de otro mes de construcción y ensamblaje por un grupo de personas especializadas.
Hablamos de un ejemplo para las casas prefabricadas, ya que está compuesta de cerca de 2.000 piezas ensambladas en tan solo dos meses, en base a madera, aluminio, vidrio y metal con 17.000 tornillos que integraban una obra vanguardista y de fácil traslado, teniendo en cuenta los medios. Hablamos de Sula como una construcción que va más allá de una obra de arquitectura y que representa un cambio de tendencia hacia la sostenibilidad, con una apuesta innovadora por la construcción que no tenga impacto negativo en el medio ambiente, como parte del compromiso que la sociedad está buscando adquirir.
Según su impulsora, «cada proceso de diseño y construcción se realiza con la mayor optimización de recursos posible», y busca ser ambientalmente responsable. «Esta casa no solo es una respuesta a las necesidades de los residentes, sino también un testimonio de la sostenibilidad como premisa fundamental en el diseño”, cuenta la propia Diana Salvador al portal Elledecor.
El objetivo de la construcción de este ejemplo de casa prefabricada está cumplido, en lo que a comodidad se refiere, ya que se crea un hábitat que es a su vez sensible y respetuoso con todos los actores involucrados, teniendo en cuenta aquí tanto a sus potenciales inquilinos como también al medio ambiente, pieza clave de la apuesta por la sostenibilidad y la vivienda en combinación.
La construcción de casas prefabricadas y en concreto de este diseño, de Sula, es un ejemplo de que la arquitectura, en estos tiempos, puede viajar con nosotros e incluso transportarse desafiando las limitaciones geográficas que antaño eran un muro imposible de escalar en este ámbito. Como colofón, el papel de las mujeres, en este caso de Diana Salvador, en el proyecto, también es un impulso en el sector de la práctica arquitectónica.
El paso definitivo de las casas prefabricadas
La combinación de confort, para los inquilinos de las casas prefabricadas, y funcionalidad, además de la estrategia bioclimática con simulaciones térmicas dinámicas, permite que la vivienda sea útil independientemente de su localización, que podría ser modificada con un transporte similar del que pudimos ver entre su lugar de construcción, Ecuador, hasta las Islas Galápagos. Además, se minimiza el uso del hormigón a la vez que se potencian otros materiales como los gaviones, para la cimentación, mucho mejores en lo que respecta al respeto por el suelo y la naturaleza. Los materiales destacados, implementados con el máximo cuidado y sostenibilidad posibles, son la madera, la piedra, el metal, el vidrio y el PVC.