Desde hace ya unos años, el motor de hidrógeno se ha postulado como la tecnología del futuro en el sector del automóvil, de cara a garantizar una movilidad sostenible al tiempo que se logra evitar el largo tiempo de recarga, necesario para los coches eléctricos. La fuente de energía del hidrógeno está preparada para garantizar grandes potencias, a la altura de un coche con motor convencional, mientras se llena el depósito también como un vehículo de gasolina.
El coche eléctrico, por su parte, cuenta con el largo tiempo de recarga y la necesidad de un punto específico para ello como debe, aunque en los últimos tiempos ha continuado también con su crecimiento, que veremos si es suficiente ante el potencial asentamiento del motor de hidrógeno en los coches. Los grandes fabricantes han entrado de lleno en la industria con la idea eléctrica acompañada de grandes inversiones necesitadas ahora de una amortización, al tiempo que instituciones europeas presionan para que este trasvase se lleve a cabo debido a la necesidad de mayor sostenibilidad.
El hidrógeno parece el revulsivo ideal para cumplir con todos los propósitos, pero el repostaje de los vehículos con motor de hidrógeno no resulta barato. La producción, especialmente del hidrógeno verde, ya es cara, a lo que hay que sumar lo delicado de su transporte. En esta línea, se está trabajando para lograr alternativas que abaraten como sea y cuanto antes los costes, pero en Alemania ya pudimos ver cómo repostaba una furgoneta de Stellantis con hidrógeno, y el coste era el mismo que llenar un tanque de diésel.
Si hablamos del uso, el formato del hidrógeno en el motor ha llegado al mercado en formato gaseoso y con un sistema de pila de combustible. Así, aquellos los vehículos movidos por hidrógeno pueden aprovechar la electrólisis y generar electricidad, que pasa por una batería y se aprovecha de ella también un motor eléctrico. Por el tubo de escape sólo saldría el vapor de agua resultante, mientras que el coche, moviéndose con motor de hidrógeno, se comporta como un eléctrico con el debe de la recarga solventado.
Este tipo de uso lo ha popularizado el Toyota Mirai y algunos fabricantes de motores, incluyendo a la propia empresa automovilística de Japón, estudian en la actualidad la posibilidad de quemar el hidrógeno con motores de combustión. El funcionamiento puede ser más ineficiente pero se mantiene un sonido de motor propio del de la gasolina, un tacto parecido y se mantiene gran parte de la esencia.
El primer motor de hidrógeno en Europa
El funcionamiento es más ineficiente pero mantiene buena parte de la esencia de este tipo de propulsores, con un tacto parecido y un sonido de motor propio de la gasolina. Otra de las alternativas la podemos ver en el primer motor de hidrógeno creado en Europa, que añade un nuevo truco que consiste en la inyección de agua. Los desarrolladores de este motor de hidrógeno con fórmula novedosa son los ingenieros de AVL Racetech, expertos en el desarrollo de tecnologías para competición y proveedores de equipos desde la Fórmula 1 hasta la NASCAR, y proponen un motor de hidrógeno de más de 400 CV y que entrega un par motor de 500 Nm entre 3.000 y 4.000 rpm., cifra propia de los turboalimentados de gasolina, con potencia similar.