El ladrillo que revolucionará la nueva era de la construcción: ligero y aislante

Este ladrillo de origen austriaco nos ayudará a ahorrar energía al ser totalmente aislante

El ladrillo que revolucionará la nueva era de la construcción: ligero y aislante

La industria de la construcción experimenta una constante evolución. En todo el mundo, incluyendo España, muchas empresas están adoptando enfoques innovadores para mejorar aspectos cruciales, como, por ejemplo, el aislamiento de las viviendas, algo muy importante para los compradores. Esta innovación, además, es esencial para avanzar en soluciones bioclimáticas, no solo por razones ambientales, sino también por motivos económicos. Esto es aún más relevante en momentos en los que el coste de la energía sigue siendo muy alto para muchas familias, ya sea en invierno con la calefacción o en verano con el aire acondicionado.

Una vivienda con un buen aislamiento puede ofrecer una reducción de hasta el 60% en las facturas de gas y electricidad. Y para poder llevarlo a cabo se usan diferentes materiales, desde esferas de plástico reciclado, que también contribuyen al ahorro de hormigón, hasta paneles de fibra de cañamo. Sin embargo, lo esencial es construir los muros de las viviendas con materiales que cumplan con los estándares vigentes para asegurar un confort óptimo durante todas las estaciones del año.

Pero hasta la fecha, pocos productos son tan eficaces en este sentido como los ladrillos monomuro. Estos ladrillos prometen una gran eficacia en este aspecto ya que no solo son aislantes, también son muy ligeros.

El ladrillo preferido de la construcción es austriaco

Con más de dos siglos de trayectoria, la empresa Wienerberger ha lanzado recientemente ISObric, un revolucionario ladrillo de arcilla relleno de aislante de lana de roca. Además, en su catálogo ofrece otros modelos de la línea Porotherm, que posibilitan la construcción de muros de carga autoaislantes de manera sencilla y eficiente.

Los nuevos ladrillos están transformando la industria de la construcción
Los nuevos ladrillos están transformando la industria de la construcción

La compañía fundada por el ingeniero Alois Miesbach en 1819 ha evolucionado con el tiempo para convertirse en un líder en la industria de materiales de construcción. Su éxito se ha destacado especialmente en Europa Central, aunque también tiene presencia en los Estados Unidos. Su misión, como se describe en su sitio web, es «ofrecer soluciones innovadoras y respetuosas con el medio ambiente para todos los aspectos del revestimiento de edificios, tanto en nuevas construcciones como en renovaciones, además de infraestructuras relacionadas con la gestión del agua y la energía».

En el caso de Porotherm, la arcilla empleada en la producción de sus ladrillos, disponibles en espesores de 30 o 37 cm (modelos R30 y R37), se obtiene a partir del proceso de desarenado de depósitos de agua estancada. Además, estos ladrillos se fabrican utilizando únicamente aditivos naturales, como cenizas de carbón, cáscara de arroz y serrín. No obstante, las características más sobresalientes de estos productos radican en su ligereza, ya que pesan un 60% menos que los ladrillos convencionales, así como en su excepcional resistencia y durabilidad a la compresión, aspectos fundamentales en muros de carga.

Los ladrillos Porotherm presentan un excepcional aislamiento térmico y acústico, junto con una baja capacidad de absorción de agua. Están confeccionados a partir de un material de construcción permeable que regula la humedad, lo que previene la formación de filtraciones, grietas y la proliferación de moho en el interior de las estructuras. Estas ventajas se deben en gran medida a su diseño perforado, que incorpora un sistema alveolar que promueve el aislamiento, permitiendo la incorporación de lana de roca tanto en el interior como en el exterior de cada unidad, lo que aumenta su eficiencia térmica.

El diseño de estos ladrillos ha sido específicamente concebido para acelerar el proceso de construcción, siendo hasta un 30% más rápido que la construcción de muros con bloques de hormigón convencionales. También permite un ahorro sustancial de cemento, ya que los trabajadores pueden utilizar la herramienta dosificadora Dryfix, proporcionada por Wienerberger, para aplicar una delgada capa de mortero entre las hileras de ladrillos. Aunque el precio final es ligeramente superior al de los ladrillos tradicionales, estimado en alrededor de 2.000 o 3.000 euros para la construcción de una casa unifamiliar según cálculos de la propia empresa, esta inversión se amortiza rápidamente gracias al mejor aislamiento que proporciona.

Así que parece que este tipo de ladrillos se irán imponiendo poco a poco en la construcción y nos permitirá no solo ahorro de energía, también rapidez y confort.

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