Los ladrillos que conocíamos están llegando a su fin. La construcción va a cambiar y este es el material que lo ha provocado todo

La revolución de estos nuevos ladrillos podrían cambiar la construcción tal y como la conocemos

Los ladrillos ISObric están revolucionando el mundo de la construcción

Los ladrillos ISObric están revolucionando el mundo de la construcción

La construcción es uno de los sectores más contaminantes del mundo. Genera grandes cantidades de residuos, emisiones de gases de efecto invernadero y contaminación del agua. Además, los nuevos materiales, como pueden ser los ladrillos, además de ser más sostenibles, también son más eficientes a la hora de poder aislar una construcción

Por eso la empresa austriaca Wienerberger está desafiando las convenciones y tradiciones del sector de la construcción al reinventar un elemento tan tradicional como el ladrillo.

Bajo la denominación de ISObric, la compañía ha creado bloques de 20 centímetros de ancho que están fabricados con una fusión de arcilla y lana de roca hidrófoba, proclamando resistencia térmica y una capacidad única para aislar y optimizar el espacio.

La construcción contemporánea va mucho más allá de la mera búsqueda de materiales duraderos y sostenibles, ya que también se centra en la creación de edificaciones eficientes que minimicen las emisiones contaminantes asociadas al hormigón. Wienerberger ha asumido este desafío con ISObric, redefiniendo la esencia del ladrillo en su enfoque innovador.

ISObric y la composición de estos nuevos ladrillos

ISObric es un ladrillo de 20 centímetros que fusiona la antigua terracota con lana de roca hidrófoba. La empresa ha subrayado que este producto es como una «auténtica revolución en la construcción de muros estructurales». La ficha técnica revela dos modelos de 20 cm de ancho y 29.9 cm de alto, con una longitud de entre 45 y 50 cm. Uno incorpora celdas rellenas de lana de roca aislante, mientras que el otro presenta un pequeño orificio interior de 150 mm.

Una de las particularidades de estos ladrillos, comercializados bajo la marca Porotherm, está en los materiales utilizados: arcilla terracota y aislamiento de lana de roca en las celdas internas de cada pieza. Wienerberger ha elegido la arcilla por sus «cualidades de inercia térmica», lo que permite que los bloques absorban las fluctuaciones de temperatura exteriores. La lana de roca, por su parte, mejora el aislamiento.

En cuanto a las promesas de ISObric, la empresa destaca una «resistencia térmica óptima» (R=2,00 m².K/W), junto con su capacidad para resistir humedad y fuego. Su peso inferior a 18.5 kilos y diseño específico para reducir la huella de carbono lo hacen más manejable en obras, según la compañía.

Estos ladrillos mejoran la calidad de vida

El diseño y la ausencia de compuestos orgánicos volátiles llevan a Wienerberger a afirmar que ISObric mejora la calidad del aire interior y previene la formación de moho. La combinación de propiedades hidrofóbicas de la lana mineral y la capilaridad de la lana de roca regula la migración del vapor de agua, protegiendo completamente la pared de la humedad.

ISObric destaca por su resistencia térmica, proporcionando entre un 30% y un 45% del aislamiento del muro. Esto permite reducir el grosor del revestimiento interior en comparación con la mampostería convencional, liberando espacio habitable adicional y eliminando «flujos de aire parásitos» entre el exterior e interior de la vivienda.

La fortaleza mecánica de ISObric permite la construcción de muros internos y externos que se superponen y distribuyen cargas, lo que posibilita la edificación de estructuras que prometen un uso mínimo de cien años. Aunque el objetivo de ISObric es ambicioso, no es el único en este campo, con otros enfoques innovadores que buscan mejorar la eficiencia, sostenibilidad y aislamiento en la construcción.

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