El jamón serrano es uno de los productos gastronómico más emblemáticos de España. Se trata de un jamón curado que se elabora a partir de cerdos de raza ibérica o de cerdos blancos. El proceso de curación tiene una duración de al menos 7 meses, en los que el jamón se seca y madura en un ambiente medido y controlado.
El jamón serrano es un alimento muy popular en nuestro país, pero también es un producto exportado a otros países con una calidad reconocida internacionalmente. Es un alimento tradicional y culturalmente importante, y además genera miles de puestos de trabajo.
Como es conocido, el jamón tiene una capa exterior de grasa blanca, para muchos es lo que hace que este producto sea mejor y esté más sabroso. Esta grasa contiene vitamina D y otros nutrientes, y aunque muchos se lo comen directamente, también se utiliza para cocinar o para hacer aperitivos. Sin embargo, siempre ha existido el debate sobre si es seguro comerse esta parte del jamón.
Como todo, tiene defensores y detractores. Los que lo defienden, argumentan que es una parte comestible y segura del producto. Indican que esta parte del jamón ha sido consumida durante siglos sin que se hayan registrado problemas reales de salud. Uno de los argumentos más usados para justificar su consumo es que la grasa blanca es rica en nutrientes, como son la vitamina D y el ácido oleico.
Sin embargo, los detractores argumentan que esta parte del jamón tiene altos niveles de grasa saturada y colesterol, y afirman que la grasa blanca puede ser un caldo de cultivo para bacterias, por lo que su consumo sería perjudicial para nuestra salud.
Evidencias científica sobre la grasa del jamón
Varios estudios científicos respaldan ambos argumentos, por lo que no es sencillo llegar a una conclusión clara. La revista revista «Journal of Food Science” publicó un estudio en la que señala que la parte blanca del jamón contiene niveles de grasa saturada y colesterol muy similares a los que podemos encontrar en la carne roja. Sin embargo, la revista «Food Microbiology» publica otro estudio en el que indica que la grasa del jamón es segura para el consumo, siempre que se conserve de manera adecuada y segura.
Argumentos a favor del consumo de la grasa del jamón
- La parte blanca del jamón se puede comer y es segura. Ha sido consumida durante siglos sin que se hayan registrado problemas de salud que demuestre que es perjudicial.
- La grasa del jamón es rica en nutrientes. La grasa blanca contiene vitaminas D, E y K, así como ácido oleico.
Argumentos en contra de su consumo
Los argumentos contrarios al consumo de la parte blanca del jamón son los siguientes:
- Contiene niveles elevados de grasa saturada y colesterol. Esto puede suponer un aumento del riesgo de enfermedades cardíacas.
- Puede ser un caldo de cultivo para bacterias. La grasa puede albergar bacterias que pueden provocar enfermedades alimentarias.
Dado lo expuesto, el debate sobre la parte blanca del jamón o la grasa, es complejo y no hay una respuesta definitiva. Por tanto la decisión de consumir esta parte del jamón es personal, pero siempre se deben tener en cuenta los riesgos y beneficios potenciales.