A la hora de tener que comprar una casa, pedir una hipoteca se ha vuelto indispensable para poder hacer frente a coste del hogar, y es especialmente relevante para la generación más joven que se enfrenta a precios inmobiliarios desorbitados, especialmente en las grandes urbes y destinos turísticos.
Sin embargo, el acceso a préstamos hipotecarios no solo se basa en el plazo de endeudamiento, sino que los bancos consideran la edad de los solicitantes, estableciendo límites para acceder a este tipo de financiamiento y así poder obtener garantías de pago por parte de los solicitantes.
La dinámica del juego bancario rara vez deja de beneficiar a las entidades, dado que buscan asegurarse de obtener sus ganancias mediante el cobro de intereses. Pero, ¿Qué ocurre si alguien de 55 años aspira a firmar una hipoteca con un plazo de 25 años?
Edad máxima para solicitar una hipoteca
Para optar a una jubilación a una edad avanzada, como serían los 55 años, es esencial realizar una proyección a largo plazo. Imagina llegar a los 80 años, quizás disfrutando de una jubilación plácida o, en el peor de los casos, lidiando con problemas de salud.
Lo que parece ser un derecho se ve limitado por las restricciones que imponen los bancos a la hora de solicitar una hipoteca, y la edad se convierte en un factor clave, a menos que cuentes con el capital necesario de forma inmediata. De lo contrario, estas limitaciones se presentan como problema que se deben intentar sortear.
Los bancos siguen una fórmula fija al momento de otorgar préstamos hipotecarios: suman la edad del solicitante al plazo de la hipoteca, y el resultado no puede ser mayor de los 75 años. Esto implica que si tienes 50 años al solicitar la hipoteca, tendrás 25 años para saldarla, y si tienes 65, el plazo se reduce a tan solo 10 años. En este último caso, la pregunta es si es viable para el solicitante asumir esa responsabilidad financiera de hacer frente a un pago hipotecario en tan solo 10 años.
Si bien es cierto que la ley no establece un protocolo para esta evaluación, cada entidad bancaria aplica sus propios criterios, y por lo tanto, los expertos recomiendan consultar con las diferentes opciones bancarias para encontrar las condiciones más favorables en cada situación.
Alternativas para solicitar una hipoteca
Si la edad del solicitante se convierte en un problema, existen alternativas, como agregar a otra persona más joven como titular. Esto va a permitir extender la capacidad de financiación, ya que en caso de que la persona principal no pueda saldar la deuda, la responsabilidad va a recaer en el segundo titular. Además, para garantizar todavía más la devolución del préstamo, algunas entidades también pueden requerir un seguro de vida.
Respecto al plazo del préstamo, aunque no existe una regulación específica, el Banco de España ha emitido recomendaciones, sugiriendo que el período máximo sea de 30 años. Siguiendo esta sugerencia, el límite de edad para solicitar una hipoteca individualmente se fijaría en los 45 años, siendo este un límite sugerido más que una regla establecida.