A partir del año que viene Hacienda obligará a todos aquellos desempleados que hayan percibido la prestación por desempleo a presentar la declaración de la Renta con independencia de los ingresos anuales que hubiesen podido obtener.
Esta medida, que forma parte integrante de un Real Decreto-ley publicado en el pasado mes de mayo, comenzará a aplicarse a partir del 1 de noviembre.
Para quienes ya están lidiando con la falta de empleo, esta nueva obligación no resulta precisamente el respiro que podrían haber estado esperando.
Cambios de Hacienda en la declaración de la renta
El paro ya no se escapa. Hasta ese momento, las personas que percibían menos de 22.000 euros anuales de un solo pagador quedaban fuera de las posibilidades de tener que presentar la declaración de la Renta. Y bien, ese umbral de ingresos anuales ya no podrá ser aplicado para los parados que hayan cobrado dicha prestación. Con independencia de que sus ingresos anuales vayan a ser por debajo de dicho umbral, la Administración quiere que todos pasen por caja.
El objetivo es el de tener más control sobre las economías de todos los ciudadanos y no sólo de quienes mantengan empleos. Hoy por hoy, el mencionado cambio se va sumando a la serie de ajustes que Hacienda viene aplicando para poner en apuros a los ciudadanos contribuyentes. Ya en el año pasado se impuso una medida similar a la de los autónomos que también debería presentar el importe de los ingresos que obtuvieran, independientemente de su nivel, tan sólo con un ingreso anual menor de los 600 euros. Posteriormente, y ya en el presente, los parados se hacen también añadidos a esta serie de obligados, una jugada que no ha pasado desapercibida.
Qué pasa si no se presenta la Renta a Hacienda
Este nuevo trámite no es sólo un mero trámite más; las consecuencias pueden ser muy serias. La regulación es sin duda muy nítida: si un desempleado no presenta su correspondiente declaración de la Renta, no sólo podría perder su prestación por desempleo sino que podría convertirse en un problema. De esta manera, lo que para algunos no es más que un pequeño trámite, se convierte en una cuestión de sobrevivir. Hacienda no solo rechazará a los que hayan de devolver sino también a los que no presenten su declaración cuando les le toque devolver. Las sanciones pueden alcanzar los 200 euros, o bien ser mucho más severas, aun cuando la devolución sea menor que la que había de esperar devuelta. En otras palabras, un trámite equivocado o no completo puede salir peor de lo que se ha llegado a esperar. Este enfoque punitivo está destinado a evitar por tanto la evasión y la negligencia de los contribuyentes. Sin embargo, para los afectados esto es más bien un castigo añadido a una situación ya de por sí complicada.
Por tanto, a partir del próximo año 2025, las personas que cobren la prestación contributiva por desempleo, el paro, estarán obligadas a presentar la declaración de la Renta, y no hacerlo podría tener consecuencias fatales para su economía, algo nada bueno partiendo de la falta de empleo.