Las galletas, ese tentador bocado que se ha ganado un lugar en nuestras mesas como opción de desayuno, merienda o incluso postre, son objeto de escrutinio por parte de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
En su exhaustivo análisis de 286 variedades de galletas disponibles en supermercados, la OCU se embarca en la tarea de determinar cuáles son las más equilibradas y dignas de atención.
En la vasta gama de opciones que el mercado ofrece, la OCU advierte que, a pesar de las diferencias evidentes entre las diversas galletas, todas comparten una composición fundamental basada en cereales y harinas, azúcares, grasas y una pizca de sal. Sin embargo, incluso aquellas con una composición aparentemente más equilibrada no deben considerarse aptas para un consumo diario.
Las mejores galletas para la OCU
En este contexto, la OCU resalta a las galletas más sencillas como la opción más favorable, entre las que destacan las clásicas galletas María, las tipo digestive, las integrales, las de relieve, tostadas o doradas. Aunque sorprendentemente, las galletas de avena sin gluten de Santiveri obtienen elogios, a pesar de contener ingredientes ultraprocesados y presentar un costo medio de 16 euros/kg.
Si bien la OCU señala sus preferencias, el consumidor tiene el poder de tomar decisiones informadas al considerar diversos factores. Más allá de la opción destacada por la OCU, se puede explorar alternativas más económicas o disponibles en el supermercado local. Sin embargo, es crucial comprender las condiciones que debe cumplir un producto para ser considerado aceptable desde el punto de vista nutricional.
La página web de la OCU proporciona valiosas pautas sobre cómo interpretar la tabla nutricional de un paquete de galletas. Se enfatiza la importancia de optar por galletas elaboradas con cereales y harinas integrales, evitando confusiones con aquellas que contienen harinas refinadas y otras fuentes de fibra que a veces se etiquetan como «integrales». En cuanto al contenido de azúcar, se establece un límite máximo aceptable del 17%, con advertencias sobre los diferentes nombres que puede adoptar el azúcar en la lista de ingredientes. Las grasas saturadas deben mantenerse por debajo del 5%, y si las galletas incluyen chocolate, se recomienda verificar que esté elaborado con manteca de cacao y cacao desgrasado, evitando sucedáneos. La cantidad de sal debe ser moderada, sin superar el 1%.
Alerta de los ultraprocesados
Aunado a estos criterios, la OCU destaca la presencia preocupante de ingredientes ultraprocesados en el 60% de las galletas analizadas, incluyendo aromas, jarabes endulzantes, sueros lácteos, entre otros. Asimismo, se aconseja evitar edulcorantes como el E 965, utilizado para sustituir el azúcar sin reducir el dulzor, y colorantes como el E 150c y el E 150d, que cumplen funciones meramente cosméticas. En definitiva, la OCU ofrece un conjunto de directrices esenciales para que los consumidores tomen decisiones informadas y saludables al seleccionar sus galletas en el supermercado.
Por tanto, la OCU, con su detallado análisis y recomendaciones, no solo arroja luz sobre las galletas más equilibradas del mercado, sino que también capacita a los consumidores para que ejerzan un papel activo al interpretar las etiquetas nutricionales y elijan conscientemente opciones que promuevan una alimentación saludable, contribuyendo así a un estilo de vida equilibrado y sostenible.