Tomar la decisión de elaborar un testamento es un paso crucial que muchos posponen, pero existe una razón primordial que debería motivarnos a iniciar este proceso de inmediato. Los expertos notariales de España sugieren firmemente la creación de este documento con el fin de asignar nuestra herencia de manera organizada conforme a nuestros deseos. Aunque no es un requisito legal, hacer un testamento simplifica enormemente el proceso de sucesión para nuestros herederos y los beneficiarios de nuestros activos tras nuestro deceso.
Cuando una persona fallece, su herencia se distribuye entre los nombrados en el testamento, siempre y cuando se verifique la existencia de tal documento ante un notario. No obstante, hay quienes se resisten a distribuir sus activos mientras están vivos, posiblemente porque consideran que la muerte es un tema lejano y difícil de abordar. Los notarios, sin embargo, insisten en la importancia de este acto para prevenir disputas fiscales y conflictos entre los familiares.
Notarios avisan de qué ocurre con la herencia si no hay testamento
Para determinar la existencia de un testamento tras el fallecimiento de alguien, es necesario primero obtener el Certificado de Defunción del Registro Civil. Este trámite debe efectuarse 15 días después del deceso, y es seguido por la petición del Certificado de Últimas Voluntades al Ministerio de Justicia. Si los herederos encuentran que no existe un testamento válido para la distribución de los bienes, la situación se complica notablemente. En tales circunstancias, se inicia un proceso de sucesión intestada que requiere la intervención de un notario.
Los interesados en la herencia deben acercarse a un notario para solicitar una declaración de herederos abintestato. Este es un procedimiento notarial que, basándose en las pruebas presentadas, permite al notario identificar a los herederos legítimos y definir su participación en la herencia.
¿Qué dicen los notarios sobre el Código Civil en España?
Sin un testamento válido, la distribución de la herencia debe seguir las reglas establecidas por el Código Civil español. De acuerdo con esta legislación, los hijos del fallecido son los primeros en la línea de sucesión, heredando los bienes. Si uno de ellos ha fallecido, su porción correspondiente pasaría a los nietos. En ausencia de descendientes directos, el cónyuge tiene derecho a la herencia, a menos que estuvieran separados legalmente en el momento del fallecimiento.
Si no hay descendientes, ascendientes, ni cónyuge, la herencia pasa a los hermanos y otros parientes. En el escenario donde no existan familiares elegibles, el Estado se convierte en el heredero de todos los bienes. Este marco legal subraya la importancia de redactar un testamento para asegurar que nuestra herencia se distribuya según nuestros deseos específicos.